viernes, 2 de mayo de 2014

Marea

Estaba yo sentado en una piedra. Color gris oscuro como los demás cuando llega a un amigo.
「Hola.」
Dijo él.
「Hola.」
Respondí. Se sentó en el pasto frondoso que se distorsionaba del blanco más puro hasta el más obscuro. Recargo su peso contra sus manos y quedo mirando el cielo tenue casi blanco. Y su piel dulce.
「Sabes, no creó que... Sea bueno seguir siendo amigos.」
Me dijo él sonriendo.
「¿Por qué?」
Le pregunté extrañado.
「Es que... No me veo bien alado tuyo.」
Me respondió, a decir verdad yo pensé que lo decía en broma, pero cuando me miro; estaba serio.
La verdad es que creó que estoy encajando con los chicos de la mesa imperial.
No me sorprende que lo acepten, a decir verdad él es muy apuesto. Su cabello desordenado gris neutral, ojos tan claros casi blanco pero muy bien delineados, pestañas largas. Un cuerpo formidable, sentido de la moda técnicamente "correcta" -Solo es un prejuicio-.
「Y... Creó que es cambiar de amigos.」
Entiendo, la verdad es que entiendo y no siento algún tipo de rencor.
「Claro... Pero, ¿te lo están pidiendo?」
Pregunté y su cara fue de sorpresa.
「¿Qué cosa?」
Preguntó.
「Que me dejes, a mi, a ella y a todos. ¿Te lo están pidiendo?」
Le termine de plantear la pregunta correctamente.
「No, bueno...」
Dijo quedando en una pausa larga e incomoda.
「Comprendo. Esta bien... Pero no olvides quien eres... Y, no me olvides.」
Dije, a pesar de que difícilmente me olvide, a mi y mi cabello negro, mi piel grisácea, ojos negros brillantes -Algo muy bueno en mí-. Mi ropa desalineada y holgada pero cómoda y mi altura un tanto insuficiente.
No me olvidará, después de ser amigos -Me corrijo- mejores amigos durante siete años seguidos, un ligero romance que sobrepaso varías cosas. Se va... Y no siento miedo, ansiedad o dolor. Solo y únicamente lo entiendo. -Se me hace algo completamente estúpido-
「Espero que no tengas algún resentimiento.」
Me dijo.
「No la tengo.」
Le respondí casi enseguida, quizás sea por instinto.
「Lo siento.」
「¿Qué cosa?」
「Lamento hacerlo de esta manera.」
Me dijo, yo me quede extrañado.
「No entiendo; explícate, me duele que me hables así.」
Dije "me duele" cuando no estoy seguro de que me duela. O quizá no quiero hacer caso al dolor que se apodera de mi cuerpo que es llenado de miedo.
「Lamento... Dejarte así.」
Me dijo serio, acostandoce en el pasto degradado.
「No lo sientas, solo vete.」
-¿Por qué dije eso?- Mis cachetes estaban humedecidas por agua -¿Seguro qué agua? Me corrijo nuevamente- Mis lágrimas me están llenando los cachetes, es más... Una calló sobre mi mano.
「Lo siento.」
Se levantó y se acerco, me dio un ligero beso y luego se fue.
「Adiós...」
Le dije jadeante, el aire no me llena. El espacio es enorme. El cielo es tan alto. Y yo aquí como una roca.
El se deja ir por la marea, me repetía muchas veces. Recuerdo cuando salimos a pasear, el cielo era negro y gris, será por que llovió después de eso. Las calles eran tan opacas, tan insignificantes. Llegamos a un parque donde estaban niños jugando, adolescentes -que conocía- platicando, caminando o solo haciéndose.
Me regaló un helado de limón, era fresco a pesar del clima. Me habló de mucha cosas, sus sueños, sus problemas tanto con sus amigos como familiares -Cosa que también entendí- sus amores pasados. Y de ésto llegó al tema de.
「Te quiero.」
「Yo también.」
「Pero más que un amigo.」
Luego de eso, dude que sentía. Un segundo después reaccione abrazado de él posando sus manos sobre mi cabeza y nuestras caras conectadas.
Pero es otra absurda historia. Ahora estoy en el mismo parque. La gente de traje negro va pasando y todos a una casa. A su antigua casa. El aire es el mismo, me resopla y me inquieta.
Porque... Después de eso, dos días después de que me hablo para decir adiós -de alguna manera-  Fue arrastrado por la corriente de esas espectaculares personas -A las que todos aclamaban- y pues tomo alcohol.
Bueno. En ese estado me dijo:
「Te quiero y lo siento.」
Pero ya no importa.
Ahora... Ahora... Él esta muerto.

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