martes, 18 de marzo de 2014

Parte de mi ensayo

Censura, amarillismo y tabús nos dominan de una manera desconsiderada y cruel. 
La gente con cargos superiores y poderosos no son más que culpables. Los gobiernos que oprimen la verdad acerca de sus fracasos y errores. Religiones que buscan la manera de seguir manejando a sus creyentes con trucos y pretextos que solo los encierra en una burbuja. Son algunos de los cientos ejemplos que podemos ver en la sociedad, en la de antes y en la del ahora. En la realidad que vivimos o somos testigos la censura se da solo para tapar u omitir a la información que muestra los hechos reales, lo que sucedió y lo que esta seguramente infligir en la manera de pensar de la gente, así abriendo los ojos y revelándose a su dictador. Si bien el amarillismo no es más una manera patética de tergiversar a la información, que cambia, quita y agrega sucesos o datos que afectarán completamente a la verdad para que tenga mucho menos impacto o todo lo contrario, ganando más dinero o no afectando a las personas que están por encima de ellos.
                En la actualidad la censura se da por todos los medios posibles; En el internet cerrando, clausurando o quitado Post donde muestre los fracasos de las personas poderosas como una de las causas. En la televisión con el amarillismo empleado en los políticos, cuyos usan verdades a medias para sí engañar o ganarse a la gente. En la radio por reglas que seguramente, omiten datos que atenten a los ideales y pensamientos de los otros con poder y peso en la sociedad. En los medios de expresión ya sea por la escultura con su censura al morbo hecho con los años consecuencia de la Iglesia al meter en la cabeza ideas que quizá sean políticamente correctas o no. En la pintura por los mismo motivos. En la literatura, está la más afectada de todas, por los temas que traten o sus contenidos llenos de cosas que afectan a terceros o hagan recapacitar a la gente, como el caso de Nada de Janne Teller. Un libro que narra temas muy fuertes pero con un mensaje si bien nos deja pensando en que hacemos ahora. Censurado en países de Europa y otros por su contenido, pero es un libro que te hace despertar en la manera que actuamos y gastamos nuestro tiempo, como ahora. Nosotros si bien vivimos en una sociedad llena de engaños vilmente formulados para hacernos ver la realidad como ellos quieren. Pero si nos ponemos a pensar no hacemos mucho, más que quejarnos y si bien esto no nos causa alguna solución, hay que buscar las cosas como son, las cosas que en verdad expresan, las cosas que tenemos que buscar. No conformarnos con la primera fuente que sale del Internet porque si bien no se sabe si sea completamente correcta.
La gente que si bien puede ser llamada “fanatismo” vive únicamente en tabúes que limitan sus maneras de pensar, expresar o actuar, ya sea por algún culto o régimen. Un claro ejemplo es Corea del Norte que mantiene un régimen de dictadura donde la libertad de prensa está completamente ausente, donde la gente tiene que vivir con la poca información que brinda el gobierno, con la significativa censura que brinda su información, el amarillismo en todo su esplendor solo mostrando las virtudes. Pero si una persona se pusiera a expresar todo lo que contradice sus acciones y generando una vista amplia del panorama triste y desalentador es castigado con una sentencia completamente cruel e inaudita. Es un claro ejemplo que muestra cómo es que la sociedad está siendo manipulada como títeres usados para llegar a un fin donde solo beneficie a una persona.
Las personas que buscaban lo que en verdad querían buscar fueron castigadas por mostrar eso fueron sentenciadas, a una vida mediocre y llena de angustia o simplemente una muerte tortuosa y cruel. La lujosa Iglesia tomó el papel muy importante en este concepto de “censura”: con castigos en un sistema denominado “La Santa Inquisición” donde castigaba a la gente por mostrar la verdad de las cosas y contradecir los mandatos que ejecuto Dios, también quemando libros donde se vio en las cenizas calcinadas y consumidas por el ardiente egoísmo y oscurantismo de la Iglesia a las obras  donde se plasmaran años de investigaciones, atrasando a la humanidad considerablemente. Pero no fue solo en lugares donde la religión Católica reinaba, sino en muchos lugares más como la Biblioteca de Alejandría. Como decía Nisi Oisin en una de sus diecisietes  novelas tituladas todas con el mismo sufijo Monogatari (Historias): “Cuando el cielo caiga para oprimir los cuerpos humanos, la información será cambiada para que hagan parecer que las estrellas vienen a soplar para la imaginación, teniendo un cero por ciento de coherencia y sentido, el gobierno con el tiempo dominará incluso la manera en la que acabaremos con un argumento banal”. Y así han pasado muchas obras censuradas por argumentos completamente absurdos como el conocido cuento Alicia en el país de las Maravillas de Lewis Caroll censurado en China por sugerir a la idea que los animales hablen y actúen como humano, refiriéndose a  quedar en claro que los humanos son menos. O Mil y una Noches en Arabia censurado por “atacar” a la ideología que se tiene en ese país.

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